sábado, 30 de octubre de 2010

Proyecto Scream I: El primer grito

Aprovechando que estamos en un largo fin de semana de Halloween y que en unos meses se estrena la cuarta entrega de ‘Scream’, vamos a repasar lo que ha dado de sí esta (hasta dentro de poco) trilogía que supuso todo un hito del cine de terror en los 90.

Todo empezó en 1996 (cómo pasa el tiempo) cuando Wes Craven y Kevin Williamson como director y guionista, respectivamente, unieron esfuerzos para renovar uno de los géneros más queridos por el público, sobre todo adolescente, y más denostados por la crítica. Un género que tuvo su momento dorado entre finales de los 70 y principios de los 80, cuando el propio Craven dirigió films como ‘La última casa a la izquierda’, ‘Las colinas tienen ojos’ o ‘Pesadilla en Elm Street’ y cineastas como John Carpenter o Tobe Hooper firmaron películas como ‘La noche de Halloween’ o ‘La matanza de Texas’, respectivamente. Pero tanto Freddy, tanto Jason o tanto Michael Myers acabaron por aburrir y el género se volvió repetitivo hasta la saciedad.

‘Scream’ supuso el resurgimiento del cine de terror adolescente, aunque sólo sirvió para que se sucediesen los remakes de todos los títulos míticos del género, quedando como una de la pocas cintas que realmente aportaron algo. El acierto de Craven y Williamson fue tener bien presente el pasado del género y dar un paso más. Aunque ya han transcurrido casi 15 años desde su estreno, el film ha envejecido muy bien y sigue mostrándose como una obra redonda, en la que desde el soberbio prólogo hasta el baño de sangre final, en el que todos los personajes mueren o resultan heridos, todo está pensado, hasta el último detalle.

La película combina a la perfección los toques de comedia con los momentos de tensión y terror, en los que Craven deja patente que es un maestro del género. Todo el metraje está lleno de homenajes y referencias a los clásicos del terror, desde la breve aparición de Linda Blair, protagonista de ‘El exorcista’, como una periodista, a la del propio director como un bedel llamado Freddy que viste como el asesino de ‘Pesadilla en Elm Street’, pasando por el enunciado de multitud de títulos populares, las constantes referencias a Jamie Lee Curtis, protagonista de varios de ellos en sus inicios, o la escena en la que se citan las reglas para evitar morir en una película de terror. Incluso al final llega el momento en el que uno de los personajes dice aquello de ‘ahora es cuando el malo resucita para el último susto’. Sin olvidar momentos como cuando la amiga de Sidney, la protagonista, se refiere a un tal Wes Carpenter, uniendo a Wes Craven y a John Carpenter.

Pero por encima de la parte de comedia, director y guionista (sin olvidar la excepcional banda sonora de Marco Beltrami) movieron los hilos a la perfección para crear una trama sin fisuras en la que todo cuadra en una segunda visión, una vez que ya sabemos quién estaba tras los asesinatos, lo que no siempre es habitual. El guión es modélico, convirtiendo en uno de los principales sospechosos al novio de la protagonista, siguiendo el modelo de films de Hitchock como ‘Sospecha’, a lo que contribuyó la labor de Skeet Ulrich en este papel, tan encantador como perturbador.

También se sugiere la posibilidad de que el asesino sea el padre de Sidney, del que no se sabe nada hasta el final, y a medida que avanza el metraje parece cada vez más claro que los nuevos asesinatos tienen mucho que ver con el de la madre de Sidney, acaecido un año antes. Y es que toda la acción se desarrolla durante 48 frenéticas horas en las que Craven logra que el espectador perciba la tensión de una idílica población, donde los asesinatos provocan que se suspendan las clases y se declare el toque de queda, hasta la original resolución en cuanto a la identidad del asesino.

El film plantea además durante todo el tiempo la dualidad realidad-ficción, como la escena en la que Sidney le dice a su novio ‘Esto es la vida real, no una película’ y él replica que ‘Todo es una gran película’. Sidney también bromea diciendo que si su vida se lleva al cine tendrá tan mala suerte que la interpretará Tori Spelling, famosa por ‘Sensación de vivir’, y que preferiría vivir en una película de Meg Ryan.

‘Scream’ también da un paso adelante en la figura del psicópata asesino. Además de innovar con un disfraz sacado de los dibujos animados de ‘Scooby Doo’, ya presenta a un malvado que no justifica sus actos: ‘¿Crees que necesitamos un motivo? Es más escalofriante si no lo hay’. Un asesino que también tiene claro que ‘Seamos sinceros, tiene que haber una secuela’ y está convencido de que ‘el cine no crea psicópatas, les hace ser más creativos’.

El reparto: Como ocurriría con ‘Sé lo que hicisteis el último verano’ (también escrita por Williamson, pero bastante menos inspirada), se apostó por rostros juveniles provenientes en su mayoría de series de televisión. La protagonista, Neve Campbell, procedía de ‘5 en familia’ y tuvo su momento de gloria con películas como ‘Juegos salvajes’ o ‘Tango para tres’, antes de perder tirón entre el público, a la espera de que la cuarta entrega de ‘Scream’ la devuelva al estrellato. A su amiga la interpretaba Rose McGowan, que empezaba a darse a conocer y acabaría integrándose en el reparto de la teleserie ‘Embrujadas’, mientras que el papel de la periodista Gale Weathers recaía en Courtney Cox, popular gracias a ‘Friends’. También acabaría en una serie, ‘Jericho’, Skeet Ulrich, quien no pasó de ídolo de adolescentes pese a su look a lo Johnny Depp. Tampoco han pasado de roles secundarios Matthew Lyllard (el Shaggy del ‘Scooby Doo’ cinematográfico) o Jamie Kennedy, los otros amigos de la pareja protagonista. El reparto se completa con David Arquette, hermano de la también actriz Rosanna Arquette, que empezaba a darse a conocer como el ayudante del sheriff. Y por último la que entonces era más conocida, Drew Barrymore, inolvidable pese a salir únicamente en el prólogo.


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